martes, 29 de noviembre de 2011

Lengua (El ruido de un trueno – Ray Bradbury)

Buscar las imágenes sensoriales (frases que señalen alguno de los cinco sentidos: vista, tacto, gusto, olfato, oído) y las construcciones comparativas con las que se narra la caída del animal.

El ruido de un trueno – Ray Bradbury

Estaban en la antigua selva (vista) . Unos pájaros lejanos gritaban en el viento (auditivo), y había un olor a alquitrán (olfativo) y viejo mar salado (gusto), hierbas húmedas (tacto), y flores de color de sangre (vista).

La jungla era alta y la jungla era ancha (vista) y la jungla era todo el mundo para siempre y para siempre.

Sonidos como música y sonidos (auditivo) como lonas voladoras llenaban el aire: los pterodáctilos que volaban con cavernosas alas grises, murciélagos gigantescos, nacidos del delirio de una noche febril (vista).

La jungla era ancha y llena de gorjeos, crujidos , murmullos y suspiros.
De pronto, todo cesó, como si alguien hubiese cerrado una puerta. (auditivo)
Silencio.
El ruido de un trueno.(auditivo)
De la niebla, a cien metros de distancia, salió Tyrannosaurus rex. […]
Venía a grandes trancos, sobre patas aceitadas (tacto) y elásticas. Se alzaba diez metros por encima de la mitad de los árboles, un gran dios del mal, apretando las delicadas garras de relojero (auditivo) contra el oleoso pecho de reptil. Cada pata inferior era un pistón, quinientos kilos de huesos blancos (vista), hundidos en gruesas cuerdas de músculos, encerrados en una vaina de piel centelleante y áspera(vsta), como la cota de malla de un guerrero terrible(vista). Cada muslo era una tonelada de carne(vista), marfil y acero (vista) .

Y de la gran caja de aire del torso colgaban los dos brazos delicados, brazos con manos que podían alzar y examinar a los hombres como juguetes […]. Y la cabeza, una tonelada de piedra esculpida que se alzaba fácilmente hacia el cielo. En la boca entreabierta asomaba una cerca de dientes como dagas(vista). Los ojos giraban en las órbitas(auditivo), ojos vacíos, que nada expresaban, excepto hambre.

El Lagarto del Trueno se incorporó (auditivo). Su armadura brillo como mil monedas verdes (vista) . Las monedas, embarradas, humeaban. En el barro se movían diminutos insectos, de modo que todo el cuerpo parecía retorcerse (auditivo) y ondular, aun cuando el monstruo mismo no se moviera. El monstruo resopló. Un hedor de carne cruda (olfato) cruzó la jungla.
El monstruo, al advertir un movimiento, se lanzó hacia delante con un grito terrible(auditivo). En cuatro segundos cubrió cien metros. Los rifles se alzaron y llamearon (auditivo). De la boca del monstruo salió un torbellino que los envolvió con un olor de barro y sangre vieja ( olfato). El monstruo rugió (auditivo) con los dientes brillantes al sol ( vista).

Los rifles dispararon. El ruido se perdió en chillidos y truenos (auditivo). La gran palanca de la cola del reptil se alzó sacudiéndose. Los árboles estallaron en nubes de hojas y ramas. El monstruo retorció sus manos de joyero (auditivo) y las bajó como para acariciar a los hombres, para partirlos en dos, […] meterlos entre los dientes y en la rugiente garganta. Sus ojos de canto rodado bajaron a la altura de los hombres, que vieron sus propias imágenes. Dispararon sus armas contra las pestañas metálicas (auditivo) y los brillantes iris negros (vista).

Como un ídolo de piedra, como el desprendimiento de una montaña, Tyrannosaurus cayó. Con un trueno, se abrazó a unos árboles, los arrastró en su caída. Torció y quebró el sendero de metal (auditivo). Los hombres retrocedieron alejándose. El cuerpo golpeó el suelo, diez toneladas de carne fría y piedra. […] Una fuente de sangre le brotó de la garganta (vista). En alguna parte, adentro, estalló un saco de fluidos. Unas bocanadas nauseabundas empaparon a los cazadores. Los hombres se quedaron mirándolo, rojos y resplandecientes (vista).
El trueno se apagó.
La jungla estaba en silencio(vista). Luego de la tormenta, una gran paz. Luego de la pesadilla, la mañana.”

 

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